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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Sobre llegadas y despedidas....

El viernes nos tocó ir al aeropuerto para ir a recoger a mi chico que llegaba de viaje. Estuvo dos semanas fuera y aunque lo pasamos mal, sobrevivimos gracias a las nuevas tecnologías. Los tres estábamos emocionados, ¡al fin llegaba papá! (y sus regalitos por supuesto, alguna recompensa habrá por tanta espera no?)
Cuando voy a recoger a alguien al aeropuerto, me gusta mucho ver a las personas que están en la sala de espera. Puedes notar cómo algunas dejan ver sus emociones, otras tratan de controlarlos y otras van a buscar a alguien que no conocen (éstos se aburren mucho!!)… Esta vez me tocó ver a una señora latinoamericana de unos 55 años que estaba tan emocionada, que hasta me emocionó a mí!!!
Tenía en sus brazos un regalo envuelto (parecía un peluche) y no paraba de ir de un lado para otro. Miraba el reloj, secaba alguna que otra lágrima que se había escapado sin querer, se acercaba a la puerta de salida de los pasajeros y echaba un vistazo (aunque la puerta estaba cerrada) y volvía a mirar el reloj. Sus acompañantes le abrazaban y conversaban con ella para hacerle la espera más ligera… pero parecía no funcionar.
Deduje que esperaba a un hijo/a, posiblemente a un esposo, seguramente no eran sus padres porque la gente mayor no suelen hacer un viaje tan largo… Realmente no sé, pero la emoción que tenía esta señora me hizo recordar algo en lo que poco pensamos: La Muerte, pero desde su otra cara.  Pensé no en la persona que despide, sino en la que recibe. Pensé en cómo estaría Jesús cuando uno de sus hijo/as volviese al cielo… estaría como esa señora, mirando el reloj, caminando de un lado para otro diciendo: “ya viene, se acerca la hora, ya queda poco… ¡Qué emoción, ya le veré, ya le podré abrazar ¡Ahora sí estaremos juntos para siempre, por la eternidad!!!!”
  Esta semana nos tocó además de recibir, despedir. Ya os he contado que las despedidas son difíciles, pero lo son aún más  cuando sabes que no volverás a ver a esa persona que se ha ido… Se nos fue un amigo, y fue más triste porque se fue para no volver. Pero cuando pienso en Jesús, en cómo estaría por su llegada, me emociono… Pero me emociono aún más cuando sé que ha sido el propio Jesús quien, sin poder esperar un segundo más, decidió bajar Él mismo para venir a buscarle y llevarle de la mano…. Nuestro amigo se nos adelantó, el tiempo que esperaremos para volver a verle es finito, pero el tiempo que volveremos a pasar con él será infinito… ya no habrán más despedidas….
Señor, sólo te pido por su familia para que les des fuerzas… y gracias porque venimos al mundo para conocerte, pero lo dejamos para estar contigo…

2 comentarios:

Cositasconmesh dijo...

Hola pasaba a saludarte,gracias por tu visita :)
ten bonito dia
Mesh

ANY @)-- dijo...

Gracias Mesh!! qué ilusión tenerte como seguidora!!!..... que tengas un lindo día!!... Any

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