MODO MAESTRA, MODO MAMÁ, MODO COCINERA, MODO ESPOSA, MODO AMA DE CASA

jueves, 19 de abril de 2012

ADIOS TÍO RODOLFO!!!!

En nuestro caminar por la vida, conocemos todo tipo de personas. Personas que impactarán tu vida y otras que no. Personas que te dejarán un recuerdo imborrable y otras a las que se te hará difícil recordar. Encontrarás  personas que, sin ellas saberlo ni darse cuenta, impactan tu vida de tal forma que en silencio o no, las recordarás toda tu vida y lo más importante, seguirás su ejemplo.

Este es el caso de mi tío Rodolfo, quien hoy Dios decidió llevárselo con Él porque ya no podía estar más tiempo lejos de él...

Hoy, una gran parte de la familia de la fe lloramos su muerte abrazados a su familia. Intentamos entre todos aceptar la perfecta voluntad de Dios, y nos aferramos a la esperanza que tenemos todos aquellos que sabemos que hay algo más después de la muerte: nuestro verdadero hogar.... Nos alienta saber que tarde o temprano, nos reuniremos con él y esta vez ya no habrá más despedidas!!!

A menudo me acuerdo de mi tío Rodolfo, sobre todo cuando organizo alguna comida en mi casa (que los que me conocéis sabéis que es muy a menudo), pues gracias a él, su familia y otras personas, pude disfrutar de las "comilonas" como él mismo las solía llamar cuando era pequeña.

Como madre siempre trato de que las vivencias agradables que pude vivir de pequeña, mis hijos también las vivan... Para mí, las "comilonas" en la casa de mi tío Rodolfo y mi tía Eduvina marcaron mi vida para bien, me ayudaron a sentirme parte de la familia de la fe, me ayudaron a olvidar situaciones difíciles que pudiese estar viviendo en esos momentos... me ayudaron a valorar que lo más importante de tener amigos es el poder pasar tiempo con ellos compartiendo en una mesa sin importar cuánto tiempo estén en mi casa....

Esa vivencia me marcó tanto, que hoy en día las repito para que mis hijos aprendan esas lecciones que no se aprenden a través de las palabras, sino a través de los hechos y los actos. La realidad es que mi tío nunca llegó a saber cuánto impactó mi vida con su hospitalidad, no solo en su casa, sino en los retiros, etc.... pero confío que cuando le vuelva a ver, y después de darle un gran abrazo, caminando por esas calles de oro, teniendo de fondo ese mar de cristal, le pueda decir: "Gracias tío, por impactar mi vida y permitirme disfrutar de la sensación tan agradable que es el poder tener amigos en casa, comiendo juntos y compartiendo lo que somos"

Tío Rodolfo, todavía nos falta disfrutar de la última "Comilona"... sólo que esta vez la mesa será más grande, habrá más hermanos y lo más importante: tendremos un gran anfitrión: el propio Jesús....
Un abrazo y hasta pronto...

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